Los materiales que necesitamos son:
- Platos de papel.
- Cartulina blanca (o de color azul) y marrón.
- Pintura y pinceles.
- Rotulador azul.
- Cordel.
- Pegamento.



Lo primero que vamos a hacer es pintar los platos de papel del color que queráis. En este caso mis peques fueron muy predecibles y cogieron el color favorito de cada uno.


Mientras los platos se secan vamos a ir preparando las gotas de agua que después colgarán de nuestro paraguas. Para eso yo he cogido cartulina blanca y los niños la pintaron con rayas azules. Pero también podéis coger directamente cartulina azul o incluso papel estampado de esos de scrapbooking con esos tonos y os quedará genial.



Una vez tenemos nuestra cartulina pintada hacemos una plantilla de como queremos las gotas y con ella recortamos unas cuantas. Yo he necesitado 20 para cada paraguas.




Cuando los platos se hayan secado los cortamos por la mitad (realmente nos saldrían dos paraguas de cada plato)


Con la catulina marrón diseñamos y recortamos nuestros bastones (que serán los mangos de los paraguas) y los pegamos.



Ahora solo falta terminar las gotas, para ello cogemos un cordel y vamos pegando dos gotas entre ellas dejando el cordel en medio. Para ayudarte en el secado deja todo enganchado con una pinza de la ropa durante un minutos.


Coloca las gotas libremente por los cordeles como más te gusto. Puedes poner más de una gota en el mismo cordel como hicimos nosotros o que cada gota vaya en su propio cordel, como más te guste.


Por último solo falta que pegues los cordeles al paraguas con pegamento o con un poco de celo y nuestro paraguas quedará listo para alegrarnos estas tardes tan tristes de lluvia.