Para conseguir nuestras fabulosas y únicas bolas de ambientador natural solo necesitamos: Naranjas, clavos (especia) y si queremos colgarlas de algún sitio un lazo que quede bonito (pero eso ya es opcional).


La única dificultad de la manualidad reside en clavar los clavos en la naranja (cuantos más, mejor).
Si al final optáis por hacerlos con vuestros hijos les podéis ayudar pinchando antes la naranja con un palillo para que después solo tengan que insertar la especia sin hacer casi presión, pero la verdad que es que yo no lo hice y fue bastante bien.


Aquí tenéis a mis tres colaboradores clavando clavos como locos, jejeje.


Además de aromático este ambientador puede resultar decorativo si lo colgamos de la cocina (por ejemplo) o lo ponermos en el centro de mesa del salón.



Su poder de decoración reside en la composición de los clavos: Podemos hacer espirales, líneas verticales u horizontales, un corazón en el centro, ...como queráis. Yo tuve unos colaboradores que se cansaron relativamente rápido y quedaron un poco así, pero el efecto aromático es el mismo (y es sorprendente).