La vida de una madre no siempre está llena de escenas idílicas plagadas de sonrisas y de carantoñas. Hay muchos momentos de yoaesteniñomelocargo o de noveolahoradeacostarles.
Yo, como todas las madres de vez en cuando tengo días en los que no se que hacer con mis niños. Un día de esos en los que alguno ( o yo misma ) está "cruzado" y son/somos muy difíciles de aguantar, que afuera llueve, o hace frío o hay alguno un poco pocho o simplemente el día es muy (pero que muy) largo.
En días como esos hay que estar preparados y sacar toda nuestra artillería. Y como artillería me refiero a un montón de papeles de colores, tijeras de esas de bordes chulos, purpurina, pegatinas de todos los tipos, pintura a porrones y alguna que otra cosilla, como esta vez, platos de papel.
(Nota: Si no tenéis vuestro arsenal preparado para los días de invierno ya estáis tardando, porque se os va a hacer eterno).
Nosotros esta vez decidimos hacer unos peces con los platos que a los niños les encantó. No tiene mucho misterio y pueden hacerlo incluso los más pequeños y les tendrá entretenidos un buen rato.
Primero hay que pintar el plato con pinturas de esas que les gustan tanto que marranean por todo (si es con pintura de dedos mejor, jejeje).
Después, una vez seco, hay que decorar a gusto del artista. Vale todo, pegatinas, purpurina, trozos de papel de colores,...lo que se les ocurra.
Para convertir el plato en pez solo hay que recortar uno de los platos en cuatro partes (que serán cuatro colas) y pegarla o graparla en "el cuerpo" del pez. Con la ayuda de alguien experimentado, es decir mamá, recortar la boca y pegar un círculo de papel a modo de ojo. Et voilá !!!
Y ahora a jugar !!!!.
1 comments
Vaya niños guapos tienes¡
ResponderEliminarUna idea genial, quedan súper graciosos.
besos
Gracias por tus comentarios !!!