Siguiendo con mi fiebre del ganchillo (algún día se me pasará, lo prometo) hoy le toca el turno a los posavasos.
Personalmente es irónico que yo no emplee posavasos nunca pero encuentro que es un regalo sencillo y delicado para hacerle a alguien. Son agradecidos y decorativos y lo que es más importante: Se hacen en un momento. Así que me pongo con mis restitos de lana delante de la tele y antes de que acabe el programa ya tengo algún regalo para alguna amiga que siempre valora lo de las cosas hechas a mano.
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